UN DÍA COMO HOY EN LA HISTORIA…
Muere hace 235 años (En 1778):
VOLTAIRE
Seudónimo de François-Marie Arouet, poeta, dramaturgo y filósofo
francés,
BIOGRAFÍA DE VOLTAIRE:
Seudónimo
de François-Marie Arouet, poeta, dramaturgo y filósofo francés, nacido en
París, símbolo de la Ilustración. A los diez años ingresa en el colegio de los
jesuitas de Louis-le-Grand, donde recibe una educación preferentemente
literaria y en 1711 inicia los estudios de derecho, que no va a terminar nunca.
Su interés está en mundo de las letras.
Acusado
de haber escrito un poema difamatorio contra el Regente sufre el primero
de sus destierros y ha de abandonar París. De regreso a París y tras exculparse,
se le atribuyen nuevos escritos difamatorios y es enviado a La Bastilla en
1717. Durante los 11 meses que permanece allí, toma el nombre de «Voltaire»,
anagrama de «Arouet Le Jeune».
En
1718 se representa en la Comédie Française su tragedia en verso, Edipo,
que logra un gran éxito. Asuntos de honor con un noble le llevan de nuevo a La
Bastilla en 1726; de allí sale exiliado hacia Inglaterra, donde permanece tres
años. El contacto con la cultura inglesa supone para Voltaire el descubrimiento
de la ciencia newtoniana, de la
filosofía empirista y de las instituciones políticas inglesas.
Sus
éxitos literarios se sucedieron unos a otros: La Henriada (1727),
poemas, Bruto, Zaira, tragedias, Historia de Carlos XII,
ensayo histórico y una de sus obras más perdurables, Cartas filosóficas (1734). La
aparición de esta obra supuso un escándalo público; las Cartas fueron
quemadas públicamente y su autor, amenazado de arresto, tuvo que huir.
El
refugio a que se acoge Voltaire es el castillo de la marquesa de Chatêlet, en
Cirey, a quien se une sentimentalmente durante los dieciséis años siguientes.
Durante esta época relativamente tranquila y fructífera -construyen en el
castillo un laboratorio de física y química, comparten estudios de matemáticas
e historia, se reúnen con científicos y personas de relieve- publica, aparte de
diversas tragedias, Elementos de la filosofía de Newton (1737), Metafísica
de Newton (1740), y es nombrado miembro de la Academia Francesa en 1746.
Tras
la muerte de Mme. de Chatêlet, Voltaire, invitado por Federico de Prusia, parte
para Berlín, donde es nombrado chambelán de la corte y goza de aposentos en los
palacios reales. De esta época es la importante obra El siglo de Luis XIV (1751).
Deja Prusia, tras una riña con su antiguo amigo y entonces competidor en la
fama, Pierre-Louis Moreau de Maupertuis y se traslada a Francfort y luego
a las inmediaciones de Ginebra (1754-1755). Aprovecha el desasosiego causado
por el terremoto de Lisboa de 1755 para publicar Poema sobre el desastre de
Lisboa, inicia sus colaboraciones con la Enciclopedia, y publica los
siete volúmenes de Ensayos sobre la historia general y sobre las costumbres
y el espíritu de las naciones (1756) e Historia del imperio de Rusia
bajo Pedro el Grande (1759).
En
1758 compra una finca en Ferney, en la Lorena, y se instala allí
definitivamente. En 1759 aparece Cándido, o el optimismo, poema en que
prosigue la línea de crítica al optimismo leibniciano y de creencia en la
providencia divina. Poco después, aprovechando el éxito logrado con sus
esfuerzos por reivindicar la memoria de Calas, hugonote quemado bajo la
acusación de ahorcar a uno de sus hijos convertido al catolicismo,
publica Tratado sobre la tolerancia . Durante esta
época discute repetidas veces con Rousseau, el cual le culpaba de la mala
disposición que las autoridades religiosas de Ginebra le mostraban.
En
estos años comienza su lucha constante contra la Iglesia católica, en la que
personifica su odio a la religión, mientras se confiesa creyente en un Ser
supremo y nunca ateo. Aparecen sucesivamente diversas obras de contenido
filosófico: El diccionario filosófico de bolsillo (1764), Filosofía
de la historia (1765), El filósofo ignorante y Comentario al libro sobre
delitos y penas de Beccaria (ambos en 1766).
A
pesar de todos sus éxitos filosóficos y literarios, a Voltaire le estaba
prohibido todavía acercarse a París. Tras subir al trono Luis XVI, aprovechó la
representación en la Comédie Française de su tragedia, Irene, para
acudir a la capital. El éxito personal de Voltaire en París fue clamoroso. La
Academia Francesa en pleno, reunida entonces en el Louvre, le rinde tributo de
admiración y respeto y d´Alembert hace su elogio público.
Murió
el 30 de mayo y fue sepultado en el monasterio benedictino de Scellières, cerca
de Troyes. Posteriormente fue trasladado en triunfo al Panteón de Hombres
Ilustres, en París.
FRASES CÉLEBRES DE VOLTAIRE:
CIENCIA AL DÍA …
El descubrimiento de la sangre y de tejidos
musculares «rojos como la carne fresca» aumenta las posibilidades de clonar a
este paquidermo prehistórico
Unos científicos
rusos han encontrado sangre entre los restos de un mamut recuperados del
suelo congelado de una isla en el Ártico, lo que según ellos aumentará
significativamente las posibilidades de clonar este animal prehistórico.
Una expedición
llevada a cabo a principios de mes por la Sociedad Geográfica rusa y
especialistas de la Universidad Federal del Noreste (Iakutsk, Siberia oriental)
pudo examinar la carcasa bien conservada de una hembra de mamut lanudo,
localizada en agosto pasado en el islote de Maly Liajovski, en el Océano Ártico
ruso.
El jefe de la
expedición, Semen Grigoriev, ha dicho que el animal había muerto a la edad de
unos 60 años hace 10.000 o 15.000 años. «Descubrimos mamuts (en Rusia)
prácticamente todos los años, pero esta expedición permitió encontrar por
primera vez una hembra en muy buen estado de conservación», ha declarado. Pero
el descubrimiento excepcional fue que los restos contenían todavía tejidos
musculares preservados y sangre. «Cuando rompimos el hielo bajo su abdomen,
fluyó sangre, muy oscura. Es el caso más sorprendente que yo vi en mi vida», ha
relatado el científico.
Del
color de la carne fresca
¿Cómo la sangre
pudo permanecer líquida? ¡Después de al menos 10.000 años! Y los tejidos
musculares estaban rojos, del color de la carne fresca», ha asegurado
Grigoriev. La explicación, según él, es que el mamut «cayó en un pozo de agua o
en un pantano, probablemente hasta la mitad de su altura, y la parte inferior
del cuerpo se congeló en el agua».
Una vez
extraída, los restos fueron trasladados a un lugar apropiado para su
conservación -por lo general una cavidad en el permafrost- a la espera de una
nueva expedición, internacional, en el próximo verano. «Este descubrimiento nos
da posibilidades reales de encontrar células vivas que pueden permitir
concretar el proyecto de clonación de un mamut», ha sostenido el
científico.
La universidad
de Iakutsk firmó el año pasado un acuerdo con el surcoreano Hwang Woo-suk, un
controvertido especialista en clonación y 'padre' en 2005 del primer perro
clonado, bautizado 'Snuppy', para ese proyecto. En caso de que lo logren, el
núcleo de las células de mamut será transferido a óvulos de elefante con el
objetivo de producir embriones con ADN de mamut, que serían luego colocados en
el útero de una elefanta asiática.
Cámaras
espaciales retransmitirán en directo desde Canarias la llegada de la roca
masiva, nueve veces el tamaño de un gran transatlántico
Este viernes,
último día de mayo, casi a punto de dar las once de la noche en la península,
un impresionante asteroide llamado 1998 QE2, nueve veces más grande que un
transatlántico del tamaño del famoso «Queen Elizabeth 2», realizará su
máxima aproximación a la Tierra en los próximos dos siglos. La roca no supone
peligro alguno para nuestro planeta, ya que pasará a 6,3 millones de kilómetros
de la Tierra, una distancia segura quince veces la que nos separa de la Luna.
Sin embargo, es inevitable no seguirle el rastro debido a su colosal tamaño. Lo
harán los astrónomos desde diferentes observatorios del mundo e incluso podrán
seguir su paso los aficionados que dispongan de un telescopio adecuado. Todos
los demás también podremos contemplar el acercamiento del coloso a través de
las cámaras espaciales Slooh, que retransmitirán
el evento en directo desde Canarias a través de internet y de forma gratuita.
Será emocionante verlo, porque los expertos estiman que QE2 se mueve más
rápido que una bala disparada por un rifle.
Descubierto en
1998 por los astrónomos que trabajan en el programa Lincoln de investigación de
asteroides cercanos a la Tierra del Instituto Tecnológico de Massachusetts
(MIT) ubicado en Nuevo México, el asteroide tiene cerca de 2,7 km de diámetro, casi
dos órdenes de magnitud mayor que los llamadas «asteroides cercanos» que nos
han visitado en los últimos tiempos. Como consecuencia, este asteroide es lo
suficientemente grande como para revelar detalles muy pequeños a través de
técnicas de radar.
A
10 km por segundo
En su máximo
acercamiento el viernes, 1998 QE2 brillará con una magnitud 11, cien veces más
débil que la estrella más tenue visible a simple vista, lejos de las luces de
la ciudad. Sin embargo, el asteroide será una presa fácil para los
observatorios Slooh en las Canarias. Aunque no se acercará a más de 14
distancias lunares, estará aproximadamente diez veces más cerca de lo que Marte
pueda conseguir en su órbita.
Este asteroide «masivo y oscuro» se
desplaza por el cielo a una velocidad relativa de 10,58 kilómetros por
segundo, aproximadamente 15 veces más rápido que una bala de rifle. Si
fuera a chocar con la Tierra, el daño sería catastrófico, posiblemente causaría
una extinción global. En comparación, el asteroide que destruyó a los
dinosaurios tenía aproximadamente 10 km de ancho. Su presencia nos recuerda
cómo asteroides de gran tamaño han cambiado la bioesfera del planeta en el
pasado, y cómo es importante estar preparados por si a alguna roca como esta se
le ocurre tomar la dirección equivocada.
CUENTO DE VOLTAIRE:
Memnón o la sabiduría humana
Memnón concibió un día la
extravagante idea de ser completamente cuerdo, locura que pocos hombres han
dejado de sufrir. Memnón discurría así:
-Para ser muy cuerdo, y, en
consecuencia muy feliz, basta con no dejarse arrastrar de las pasiones, cosa
fácil como nadie ignora. Lo primero, nunca he de amar a ninguna mujer. Cuando
contemple a una mujer hermosa me diré a mí mismo: «Llegará un día en que esa
cara se llene de arrugas, esos bellos ojos perderán su brillo, ese busto firme
y turgente se volverá fofo y caído, esa abundancia de pelo se trocará en
calvicie.» Me bastará figurarme entonces cómo será esa linda cabeza para que no
me haga perder la mía. Lo segundo, siempre seré sobrio por más que me tiente la
gula, los vinos exquisitos y el placer de las fiestas. Tendré muy en cuenta las
consecuencias de los excesos de la mesa: el estómago estropeado, la cabeza
pesada, la incapacidad para el trabajo. Comeré con sobriedad y con el goce de
la salud, mis ideas serán claras y felices. Luego -continuaba Memnón-, no descuidaré
mi hacienda. Soy hombre moderado. Tengo un capital que me produce buena renta y
otro capital que maneja para acrecentarlo el tesorero general de Nínive. Con
ellos puedo vivir sin depender de nadie, que es la mayor fortuna. No necesitaré
nunca ir a besar manos de palaciegos, ni envidiaré a nadie, ni de nadie seré
envidiado. Amigos tengo -dijo, en fin-, y los conservaré, porque jamás he de
serles desleal y ellos serán buenos conmigo y yo con ellos; tampoco en esto hay
dificultad.
Formado así su plan, se puso a pasear
por su cuarto y luego se asomó a la ventana. Dos señoras que iban por la calle
llamaron su atención; una era vieja y la otra moza, linda y por lo mucho que
gemía y lloraba debía sufrir una gran pena. Su congoja la favorecía y daba una gracia
especial.
Impresionado nuestro sabio, no por la
belleza de la muchacha, pues estaba seguro de no rendirse a tal debilidad, sino
por el desconsuelo de que daba muestra, bajó y acercóse piadoso a la joven
ninivita. Contóle ésta con la más ingenua y tierna expresión las maldades de
que la hacía víctima un tío suyo (que no tenía), las mañas con que la había
privado de una fortuna (que nunca había poseído) y el temor que le causaban su
violencia y brutalidad.
-Vos parecéis hombre discreto -le
dijo-. Si me hicieseis el favor de venir a mi casa yo os explicaría mi
situación y estoy segura de que me sacaríais del apuro en que me veo.
No tuvo reparo Memnón en acompañarla
para examinar despacio sus asuntos y darle buenos consejos.
Una vez en su casa condújole, la
afligida damisela, a una alcoba perfumada, le dijo que se sentase en un blando
sofá que allí había y sentóse ella frente a él. Hablaba la joven bajando los
ojos y enjugándose las lágrimas de vez en cuando. Al levantarlos siempre se
cruzaban sus miradas con las del sensato Memnón. Sus palabras se hacían más
afectuosas cuando ambos se miraban. Memnón se interesaba más y más en lo que
oía, aumentando su deseo de servir a tan hermosa y desdichada criatura. Con el
calor de la conversación, se fueron acercando poco a poco, hasta que los
consejos de Memnón hiciéronse tan cariñosos y próximos a la muchacha, que ni
ésta ni aquél sabían ya dónde estaban, ni si realmente hablaban o no.
Fue en este momento preciso cuando,
como ya el lector se habrá imaginado, se presentó el tío, armado de punta en
blanco. El hombre empezó a vociferar y a decir que iba a matar a su sobrina y
al sabio Memnón. Luego, ya calmado, manifestó que sólo les perdonaría si el
galante caballero le entregaba una fuerte cantidad.
Memnón le dio cuanto dinero tenía. Y
menos mal que su aventura no le trajo consecuencias peores, pues todavía no se
había descubierto América y las bellas afligidas no resultaban tan peligrosas
como en nuestros tiempos.
Confuso e indignado, Memnón volvió a
su casa, donde le esperaba la invitación de unos amigos para comer con ellos.
-Si me quedo solo en casa -dijo- me
entristeceré más y puedo caer malo; mejor es ir a comer en su compañía, que al
fin son amigos íntimos; me distraeré y olvidaré el disparate que he cometido.
Fue a la comida, y sus amigos, viendo
que estaba algo triste, le obligaron a que bebiese para disipar su melancolía.
El vino, si se bebe con moderación es medicina para el ánimo y para el cuerpo;
así pensaba el sabio Memnón, pero a pesar de ello se embriagó. Propusiéronle
jugar a los naipes; el juego, cuando no se exponen cantidades importantes, es
una diversión inocente. Pero Memnón perdió cuanto llevaba en el bolsillo, y
cuatro veces más sobre su palabra. Una de las jugadas produjo una disputa, e
irritados los ánimos, el más íntimo de aquellos amigos suyos le tiró a la
cabeza un cubilete, con tanta fuerza, que le saltó un ojo. Total, que llevaron
a su casa al sabio Memnón borracho, sin dinero y con un ojo menos.
Después de dormir un rato, Memnón
envía a su criado a casa del tesorero general de Nínive para que le diera
dinero y poder pagar a sus amigos las deudas del juego. A poco vuelve su criado
con la noticia de que el tesorero ha suspendido pagos y defraudado una gran
cantidad.
Angustiado Memnón corre a Palacio con
un parche en el ojo y un memorial en la mano, pidiendo justicia al rey contra
el tesorero. En la antecámara vio a muchas damas, todas como peonzas al revés,
con elegantes tontillos de cinco metros de circunferencia y diez de cola. Una
dama que le conocía, dijo, mirándole a hurtadillas:
-¡Jesús, qué horror!
Y otra, que era muy amiga suya:
-Buenas tardes, señor Memnón -le
dijo-, cuánto me alegro de veros señor Memnón. Créame que me encanta
encontraros. Pero decidme, ¿quién os ha dejado tuerto, señor Memnón?
Dicho esto se fue sin aguardar
respuesta.
Ocultóse Memnón lo mejor que pudo en
espera de que pasase el rey y cuando éste apareció, Memnón, después de besar el
suelo tres veces, le alargó un memorial, que tomó el soberano con mucha
afabilidad y pasó a uno de sus ministros para que se informase. El ministro
llamó aparte a Memnón, para decirle en tono de mofa no exento de cólera:
-Sois un tuerto bastante atrevido.
¿Por qué habéis entregado al rey un memorial en vez de enviármelo a mí? El
tesorero es hombre honesto y yo le protejo porque es sobrino de una doncella de
mi querida. No deis un paso más en este asunto si no queréis perder el ojo sano
que os queda.
De esa suerte, Memnón, que por la
mañana había tomado la resolución de no amar, de no acudir a festines, ni
jugar, ni reñir con nadie, ni, sobre todo, poner los pies en Palacio, antes de
anochecer había sido engañado por una mujer, se había emborrachado, había
jugado, le habían saltado un ojo en una riña y había ido a Palacio donde se
burlaron de él.
Confuso, abrumado por sus desgracias,
regresó a su casa. Al ir a entrar vio que se hallaba llena de alguaciles y
escribanos, que le estaban embargando los muebles a petición de sus acreedores.
Casi sin sentido permaneció inmóvil bajo una palmera.
A poco acertó a pasar por allí la
bella damisela de aquella mañana. Iba paseando con su amado tío y no pudo
contener la risa al observar a Memnón con su parche. Ya de noche se acostó
Memnón sobre un montón de paja, cerca de los muros de su casa. Acometióle un
acceso de fiebre y con ella una pesadilla: se le apareció en su letargo un
espíritu celeste, resplandeciente como el sol y provisto de seis hermosas alas,
pero sin pies, cabeza ni cola, un ser que no tenía semejanza con ninguna criatura
humana.
-¿Quién eres? -le dijo Memnón.
-Tu genio protector -le respondió la
aparición.
-Pues devuélveme -repuso Memnón- mi
ojo, mi salud, mi dinero y mi cordura.
Y en seguida le contó todo lo que
había perdido aquel día y de qué manera.
-Aventuras son esas -replicó el
espíritu- que nunca suceden en el mundo donde nosotros vivimos.
-Pues, ¿en qué mundo vivís?
-Mi patria dista quinientos millones
de leguas del sol, y es aquella estrellita junto a Sirio que puedes observar
desde aquí.
-¡Admirable país! -dijo Memnón-. Así
pues, ¿no tenéis allá bribonas que engañen a los hombres de bien, ni amigos que
les estafen su dinero y les destrocen un ojo, ni deudores que quiebren, ni
ministros que se rían de vosotros mientras os niegan justicia?
-No -le dijo el habitante de la
minúscula estrella-. Nada de eso; no nos engañan las mujeres, porque no las
hay; no somos glotones, porque no comemos; no nos pueden sacar los ojos, porque
en nada se parece nuestro cuerpo al vuestro; ni los ministros cometen injusticias,
porque todos somos iguales y no hay ministros.
Dijóle entonces Memnón:
-Pero sin mujeres y sin comer, ¿en
qué pasáis el tiempo?
-En cuidar -dijo el genio- de los
demás mundos que están a nuestro cargo. Por eso he venido a consolarte.
-¡Ay! -replicó Memnón-. ¿Y por qué no
vinisteis anoche para evitar que hiciera tanto disparate?
-Porque fui a consolar a Asan, tu
hermano mayor, que es más desventurado que tú, pues has de saber que Su
Graciosa Majestad el Rey de las Indias, en cuyo palacio tiene el honor de
ocupar un cargo, le mandó arrancar los dos ojos por haber cometido leve falta.
Ahora le tienen en un calabozo amarrado de pies y manos.
-¡Pardiez! -exclamó Memnón-. ¡Pues sí
que nos sirve de mucho a la familia, que nos proteja un genio bueno! De dos
hermanos que somos, el uno está ciego y el otro tuerto, el uno tirado entre
paja y el otro en una cárcel.
-Tu suerte cambiará -dijo el genio
protector-. Verdad es que ya en toda tu vida no dejarás de ser tuerto; pero
aparte de eso, serás feliz a condición de que no cometas nunca la locura de
pretender ser cuerdo del todo.
-¿Es que eso no es posible? -preguntó
Memnón reprimiendo un sollozo.
-No. Como no es posible ser del todo
inteligente, del todo sano, del todo poderoso o del todo feliz. Nosotros mismos
estamos lejos de serlo. Sin embargo, existe un mundo donde eso se logra; pero a
ese sólo se llega después de pasar grado a grado por los cien mil millones de
mundos que ruedan por el espacio. En el segundo hay menos placer y menos sabiduría
que en el primero; en el tercero menos que en el segundo, y así sucesivamente
hasta el último, en el que ya todos sus habitantes están locos del todo.
-Mucho me temo -dijo Memnón-, que esa
gran casa de orates del universo lo sea precisamente el mundo en que vivimos
nosotros.
-No tanto, no tanto -dijo el
espíritu-; pero cerca le anda.
-Entonces -replicó Memnón-, ¿ciertos
poetas y ciertos filósofos que afirman que «todo es como debe ser» están
equivocados?
-No. Tienen razón -dijo el filósofo
del otro mundo-, si consideramos el universo en su conjunto
-¡Ah! -respondió el pobre Memnón-. Ahí tenéis una cosa en que no creeré
mientras sea tuerto.
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aquí y ahora: Voltaire
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