UN DÍA COMO HOY EN LA HISTORIA…
FRASES CÉLEBRES DE ALFONSO X “EL SABIO” :
LA NOTICIA CIENTÍFICA DEL DÍA …
josé manuel nieves
/ madrid
Día 31/05/2013 -
10.27h
El instrumento cuántico es capaz de medir las
temperaturas más frías del Universo, de apenas una milmillonésima de grado por
encima del cero absoluto
Un grupo de investigadores de la Universidad
británica de Nottingham ha desarrollado un termómetro cuántico capaz de
medir las temperaturas más frías del Universo, de apenas una milmillonésima
de grado por encima del cero absoluto. El hallazgo, que permitirá obtener
nuevos datos hasta ahora inaccesibles del interior de agujeros negros,
acaba de publicarse en arXiv.org.
La materia más fría que se conoce es el Condensado Bose-Einstein (CBE), una agrupación
de millones de átomos que se comportan como un único objeto cuántico cuando son
capturados en una trampa magnética. Varios experimentos de laboratorio han
conseguido formar CBE a temperaturas de apenas media milmillonésima de grado
por encima del cero absoluto, es la temperatura más baja posible del
Universo (-273 grados) y a la que cesa la actividad atómica.
"Es la cosa más fría que somos capaces de
producir en un laboratorio -afirma Ivette Fuentes, uno de los autores del
estudio-, el objeto más cercano al cero absoluto". De hecho, incluso el
espacio interestelar (a cerca de -270 grados) está más caliente.
Por supuesto, para medir la temperatura a
escalas subatómicas, el clásico termómetro de mercurio resulta completamente
inútil. Pero en su lugar, los científicos sí que pueden contar el número de
partículas de alta energía que existen en las zonas de energía más bajas y
frías. Cuantas más partículas energéticas haya, mayor será también la temperatura.
Lo malo es que llevar a cabo esa medición es algo prácticamente imposible. De
hecho, para hacerlo hasta ahora era necesario liberar al Consensado de
Bose-Einstein de su trampa magnética, momento en el cual pierde sus propiedades
y sufre la agresión del medio exterior, haciendo imposible medir su auténtica
temperatura.
Ahora, sin embargo, Fuentes y sus colegas han
encontrado la forma de medir la temperatura de un Condensado de Bose-Einstein
sin necesidad de "abrir" su jaula magnética. La idea se basa en capturar
unos pocos átomos en el interior del Condensado y moverlos a través de él como
una especie de sonda. Algo que el equipo ha conseguido hacer por medio de un
láser. Cada uno de esos átomos modifican su estado de energía a medida que se
mueven en el interior del Condensado. La diferencia entre sus diversos estados
(que cambian al encontrarse en zonas más calientes o frías) puede utilizarse
para medir la temperatura interior, sin necesidad de liberar el Condensado de
su trampa magnética.
Este "termómetro cuántico" tiene
varias posibles aplicaciones. Una de ellas es la de "bucear" al
interior mismo de un agujero negro de una forma que hasta ahora resultaba
imposible. Por supuesto, lo que sí que es imposible es llevar el instrumento
hasta un agujero negro real, por lo que habrá que conformarse con replicar sus
condiciones en la seguridad de los laboratorios.
LA FÁBULA DE HOY:
Los monos bailarines
Un Príncipe tenía algunos Monos
entrenados para bailar.
Siendo naturalmente grandes imitadores de las acciones de los hombres, ellos demostraron ser unos alumnos apropiados, y cuando los vestían con su ropa y máscaras, ellos bailaban tan bien como cualquiera de los cortesanos.
El espectáculo a menudo era repetido con grandes aplausos, hasta que en una ocasión a un cortesano se le ocurrió una travesura, y tomó de su bolsillo un puñado de nueces y los lanzó sobre ellos.
Los monos a la vista de las nueces olvidaron su baile y se pusieron a actuar como en efecto ellos eran, monos en vez de actores.
Quitándose sus máscaras y rompiendo sus trajes, lucharon el uno contra el otro por las nueces.
El espectáculo del baile llegó así a un final entre la risa y la burla del auditorio.
Siendo naturalmente grandes imitadores de las acciones de los hombres, ellos demostraron ser unos alumnos apropiados, y cuando los vestían con su ropa y máscaras, ellos bailaban tan bien como cualquiera de los cortesanos.
El espectáculo a menudo era repetido con grandes aplausos, hasta que en una ocasión a un cortesano se le ocurrió una travesura, y tomó de su bolsillo un puñado de nueces y los lanzó sobre ellos.
Los monos a la vista de las nueces olvidaron su baile y se pusieron a actuar como en efecto ellos eran, monos en vez de actores.
Quitándose sus máscaras y rompiendo sus trajes, lucharon el uno contra el otro por las nueces.
El espectáculo del baile llegó así a un final entre la risa y la burla del auditorio.
MORALEJA:
Si quieres cambiar la naturaleza de un ser, primero piensa en todas las
circunstancias posibles y diversas que podría encontrar.
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